Cuando finalmente la marea de 17.000 personas estuvo lista para recibir a Chayanne, a las 21.59 (con exacta precisión), con un estadio Malvinas Argentinas rebosante, era difícil llegar a pensar todo lo que implicó la previa para las fanáticas. Desde largas esperas en la siesta mendocina, hasta seguidores que estuvieron desde la mañana “para elegir los mejores lugares apenas abran, y vivir la alegría de esperarlo”, según contaron un grupo de jóvenes chilenas.
Pero tanta vigilia tuvo finalmente su reconocimiento y apareció él: Elmer Figueroa Arce, más conocido como Chayanne, que enfundado en un pantalón y chaleco negro, con un remera estampada en gris hizo lo que mejor sabe hacer: el arte de seducir con una calidez y empatía con el público, difícil de obviar.